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Conoce Flyball, la novedosa y divertida actividad para perros que no te puedes perder

¿Te encanta salir a jugar con tu perro pero estás cansado de las típicas carreras detrás de sus juguetes en el parque? Entonces, no te puedes perder el post de hoy, en el que hablaremos de flyball, un deporte canino muy poco conocido en nuestro país, pero con grandes posibilidades.

Para esta ocasión, hemos contado con la ayuda de Gemma, de Educanids, una educadora canina especializada en terapias a través del deporte con perros, que trabaja el comportamiento de nuestros amigos peludos a través de este tipo de deportes y que nos ha resuelto todas las dudas acerca del flyball.

¿Nos acompañas a descubrir todo acerca de esta divertida actividad? Vamos a ello.

¿Qué es el flyball?

Deporte canino en equipo 

El Flyball es un deporte de relevos canino. Ahora bien, cabe destacar que para llevar a cabo una jornada de esta actividad son necesarios dos equipos con cuatro perros cada uno.

El deporte en sí consiste en que los perros, organizados de la manera previamente mencionada, tienen que luchar contrarreloj, haciendo una carrera con cuatro obstáculos distintos, todos ellos relacionados con los saltos, para, llegar a la caja o máquina de flyball, coger la pelota y volver al punto inicial. Pero eso no es todo ya que, como se comentaba anteriormente, se trata de un deporte de relevos y es que este mismo circuito debe ser llevado a cabo, de manera sucesiva, por los cuatro perros de cada equipo. 

Como os podéis imaginar, gana el equipo que haya realizado el circuito en menor tiempo posible. 

Introducción al flyball, conoce las bases de este divertido deporte canino

Es imprescindible tener en cuenta que, aunque parezca una secuencia muy fácil, no solo el circuito en sí, sino también que el perro recoja su pelota y regrese, lo cierto es que, evidentemente, en muchos casos no es tan sencillo. 

Además, es muy importante, a la hora de hablar de flyball, tener claro que antes de empezar a ejecutar lo que son las secuencias en sí, es básico trabajar con el perro, haciendo que este entienda cuáles son las distintas partes del circuito y sepa cómo llevarlas a cabo.

En primer lugar, debemos conseguir que el perro vaya y se aleje del propietario a toda velocidad, pasando por los cuatro obstáculos que se mencionaban anteriormente. A continuación, es necesario hacer que se suba a la máquina donde se encuentra la pelota mientras aprieta la palanca, lo que se conoce como swing tag. Seguidamente,  debe aprender a coger la pelota e impulsarse para regresar hacia el guía, ejecutando de nuevo esos cuatro saltos con la pelota en la boca. Y esto sería el circuito completo de flyball. 

Pero, evidentemente, lo más importante, como en todos los deportes o disciplinas caninas, es abordar muy bien la gestión emocional que tiene que llevar a cabo el perro vinculado a dicha labor y tener en cuenta qué cosas tiene que tener aprendidas un perro para poder trabajar de este modo. Un ejemplo que nos da Gemma al respecto de esto es:  “Si tengo un perro que cuando le doy la pelota no me la devuelve, ahí ya tengo un primer conflicto. Primero tendré que trabajar que el perro aprenda devolver la pelota.”. También nos mencionaba otra situación posible, “tengo perros que son muy empalagosos y no les gusta alejarse de al lado del propietario y en estos casos es necesario trabajar un poco también la independencia y tendré que tener una buena llamada para que cuando al perro le llame con la pelota en la boca, prefiera venir para que se la quite a no venir”. 

No te pierdas los mejores consejos para practicar flyball con tu perro

Llevar a cabo un correcto calentamiento 

Como en cualquier tipo de deporte, es imprescindible calentar. Y para que el perro lleve a cabo un buen calentamiento antes de la práctica del deporte, es básico trabajar el vínculo con este, ya que la conexión que se alcanza con tu amigo peludo es muy importante y ayuda a conseguir una de las bases de este deporte, la motivación.

Conseguir motivación y buen estado emocional 

Gemma nos explica que la motivación del perro es básica, no solo en el caso del flyball, sino también en otros deportes caninos. Y es que además de estar enseñando a nuestro compañero cuáles son los comandos o las conductas que sirven para practicar ese deporte, indirectamente también estamos capturando el estado emocional del perro vinculado a ese trabajo en concreto. Por ejemplo, si se le enseña que tiene que hacer los cuatro obstáculos, no solo aprende a seguir esta pauta de manera mecánica, sino que el estado en el que se encuentre el perro en ese momento será asociado directamente a la ejecución de dicha actividad. Es decir, en caso de que el perro esté irritado e irascible y se trabaja con él durante las primeras sesiones en base a este comportamiento, sin querer lo que se va a hacer es perpetrar este estado emocional que no es óptimo, asociando el mismo a lo largo de la práctica de este deporte en la vida del perro. 

Buscar el asesoramiento de un profesional 

Nos comenta Gemma que para corregir y ayudar al perro, los deportes caninos ayudan mucho, a coger confianza, a superar limitaciones y un sinfín de beneficios más. Considera que es muy importante la ayuda de un profesional para ello, ya que la gente subestima las primeras sesiones al iniciarse en un deporte. “Es esencial un buen comienzo. Es muy importante, en las primeras sesiones, capturar un buen estado emocional del perro para que, al final, esa actividad, al perro, le sume en su día a día como una práctica muy beneficiosa, y que no salga peor de la pista de lo que ha entrado.”.

Tener en cuenta que el deporte canino es para educar 

Gemma nos explica los beneficios de realizar un deporte canino para educar, ya que al final lo que se está haciendo es ejercitar la parte cognitiva del cerebro del perro, dado que se le está haciendo pensar y trabajar, conseguir retos que se proponen. De este modo, se ayuda también en la autoestima del perro, la confianza. Además, si se lleva a cabo de manera correcta, aumenta el vínculo, ya que cuando realiza el circuito bien, hay muchas alegrías, y todas esas endorfinas se contagian en el ambiente entre la persona y su perro.

Además, cuando están aprendiendo, a pesar de estar rodeado de otros perros, de excitabilidad y de personas nerviosas, también el perro es capaz de conectar y hacer el trabajo y eso al final se extrapola al día a día de nuestro amigo. Es decir, perros que están acostumbrados a este ambiente tan estresante y aún así hacen caso a los comandos que se le dicen, evidentemente, cuando visita cualquier lugar, la conexión entre el humano y el perro es tal que este obedece más fácilmente en todo momento. 

Por otro lado, todo el grado de trabajo mental que lleva el perro tras varias sesiones de entrenamiento, hace que la convivencia con él sea muchísimo más placentera, ya que al final es todo más orgánico porque, indirectamente, se están trabajando aspectos que pueden convertirse en un beneficio beneficia en el día a día.

Ahora bien, es importante tener en cuenta que hay que trabajar para que los resultados sean positivos, dado que en caso de que el perro no se encuentre cómodo y no sea capaz de seguir las pautas del deporte, puede llegar a ser contraproducente, convirtiendo una actividad placentera en algo totalmente negativo, llegando incluso a disminuir el autoestima del perro. Por eso es importante trabajar de la mano de un educador y apoyar y motivar, en todo momento, a nuestro amigo.

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